Ella rompe a llorar,
su fragilidad no conoce el fin.
Tiene la voluntad desterrada
a la cama donde suele dormir.
Cuando sale el sol en su habitación
es cuando más siente el dolor,
pues tiene que hacer frente a su día
fingiendo vivir en alegría.
Al verlo a diario,
su corazón desborda ilusión,
pero al desaparecer según el horario
vuelve otra vez la triste sensación.
La tristeza la envuelve
creyendo su vida acabada,
y se derrumba al anochecer
porque su historia de amor no va a nacer.
© Patricia R.A.
2 voces silenciosas:
Muy bonito, de lo mejor que he leido en tu blog, en serio! Me ha encantado, muy emotivo como a la vez que triste.
Por fin has conseguido poner eso en los comentarios, queda muy bien, aunque yo seguiré con el clásico de momento. Un beso grande y ánimo.
Este poema es precioso, ya te lo dije desde el momento que me lo pasastes.
Me gusta el cambio del nombre de los comentarios. Muy acertado.
Besos!
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