Aunque la sangre me hierve al verte,
mi emoción quiero esconder.
Por temor a demostrarte
algo que jamás podrá ser.
Pues sé que no me amas
y que nunca lo harás.
Es de las pocas cosas claras
que nunca podré olvidar.
Por ello, el único camino que me queda
es el camino de la resignación,
conformarme con que seas feliz
aunque no sea junto a mí.
© Patricia R.A.